Mientras tanto, Gu Luoxin, quien aún no tenía idea del tipo de destino dramático que lo esperaba en el futuro, estaba mirando boquiabierto al ratón tuerto frente a él, quien se había revelado como nada menos que el Rey, Caen.
—¿Q–Qué clase de palabras increíbles acababa de escuchar? —pensó. —¿Este ratón rudo, sucio y maloliente que acababa de hurgar en el montón de basura era, de hecho, la figura más importante del Ciclo? ¿También conocido como el futuro suegro de la Cenicienta?
Al percibir la clara incredulidad marcada en las rasgos de Gu Luoxin, Caen adoptó una expresión amarga.