¿Un enorme malentendido?

A medida que sucumbía a la oscuridad en su mente, sintió una inesperada sensación de alivio. Era más fácil odiar que amar, de la misma manera en que la tristeza resultaba ser una compañera más familiar que la felicidad. Pronto, todas sus emociones negativas se transformaron en un hirviente caldero de odio, malicia y desdén que proyectó una maldita sombra sobre este mismo pueblo donde vivía.

Su esposo, los nobles que siempre la miraban con condescendencia, las damas que competían por su posición… Cada una de las personas que contribuyeron a su desesperación y sufrimiento, ¡iba a hacer que pagaran!

Pero en el último momento, cuando estaba a punto de desatar su furia sobre el pueblo, ¡Lumina apareció para frustrar sus planes!

—¡No permitiré esto! —su voz resonó, sus ojos ardiendo con resolución mientras un brillante estallido de luz emanaba de su cuerpo—. ¡No me quedaré de brazos cruzados viendo cómo dañas este pueblo!