Treinta minutos antes del sabotaje de la boda, Wen Qinxi estaba acomodándose la chaqueta del traje frente al espejo de cuerpo entero mientras Casio seguía tomando fotos como un fotógrafo amateur. Ting-ge no pudo soportarlo más, así que confiscó la cámara mientras lo regañaba:
—¿Cuándo decidiste ser fotógrafo? Cíñete a lo que sabes.
Lanzó la cámara casualmente sobre la cama antes de arreglar su corbata de moño.
—¿Cuál es tu problema? Xin-ge no se molesta —respondió Casio mientras agarraba la cámara y apuntaba el lente hacia Su Xin—. Xin-ge, ¿no te molesta, verdad?
Wen Qinxi se giró hacia él con una sonrisa encantadora e hizo un gesto de pistola con los dedos, posando para la cámara.
—Wah.... tan guapo —dijo Casio mientras revisaba su mejor toma hasta ahora.
Después del accidente de coche, tuvo que adoptar otro pasatiempo para superar el trauma, por lo que se dedicó a la fotografía.