Wen Qinxi permanecía inmóvil, rodeado por la niebla oscura que le dificultaba ver su mano justo frente a él. El aire mohoso hacía complicado respirar, pero no emitió ningún sonido mientras escaneaba sus alrededores con gran vigilancia.
El aire seguía emanando una atmósfera tranquila, pero todo era una ilusión. Todos sus sentidos percibían peligro, y el vello de su cuerpo se erizaba. Un escalofrío recorrió su espalda cuando una sombra silenciosa pasó por delante en un movimiento rápido, haciendo que apretara con fuerza el mango de escarcha mágica. Respirando superficialmente y con el corazón acelerado, cerró los ojos para calmarse.
Este cuerpo estaba diseñado para situaciones como esta, pero si entraba en pánico, solo lo esperaba la muerte. Tuvo que adoctrinarse a sí mismo para suprimir el miedo, de lo contrario moriría. Pensando de esta forma, agudizó sus sentidos escuchando cuidadosamente cualquier movimiento.