Ella ya había acordado con Catherine salir de Ciudad Hua bajo el pretexto de visitar a unos parientes, atrayendo a Hao Jian lejos.
—Además, no traigas tus guardaespaldas, no me gusta que la gente me siga todo el día —Vivian recordó al mismo tiempo, lo cual también era para la siguiente parte del plan.
Después de pensarlo bien, Hao Jian finalmente asintió y dijo:
—¡De acuerdo, te lo prometo!
—Cariño, ¿te has levantado tan temprano? —En ese momento, la somnolienta Diosa Luna Jiang salió del cuarto.
Tras ella venían Shu Ya y Ruo Lan, las tres mujeres habían insistido en quedarse en el cuarto la noche anterior. Hao Jian se vio obligado a dormir con tres mujeres en la misma habitación, y por supuesto, no hizo nada, no habría sido fácil incluso si hubiera querido en esa situación.
Dada la personalidad de Shu Ya, si él se atrevía a hacer alguna travesura delante de ella, probablemente sería castrado en minutos.