—Je je, ¡soy yo! —exclamó.
Al ver a Teng Guang no solo levantar la cabeza sino también hablar, el rostro de Liang Fei reveló un atisbo de triunfo. Tras echar una mirada furtiva a Shen Xing, le mostró a Teng Guang una sonrisa inofensiva y dijo —Amigo, ¿cómo estás?
—¡Que te jodan, te voy a matar! —gritó Teng Guang.
Teng Guang, que ya albergaba un odio profundo por Liang Fei, se enfureció al verlo atreverse a decir esas palabras indiferentes y hasta preguntarle cómo estaba. Se enfureció al instante y, mostrando los dientes y las garras, intentó abalanzarse sobre Liang Fei. Sin embargo, en cuanto mostró este comportamiento violento, fue inmediatamente sujetado por los oficiales de policía que lo acompañaban y forzado a volver a sentarse en su silla.
—Maldición, ¡todo es por tu culpa, chico, arruinando mis planes! Si no fuera por ti, ¡ya hubiera recuperado mi gema! —bramaba Teng Guang.