Cuando Liang Fei escuchó que la descripción de Teng Guang llegaba a ese punto, no pudo evitar sentir una oleada de emoción. En cuanto a los hermanos Teng, sus opiniones eran distintas.
Teng Guang se adhería a sus principios, negándose a vender la piedra preciosa de la herencia familiar incluso en la extrema pobreza, lo cual demostraba que era un hombre responsable y honorable, digno de respeto. Por otro lado, su hermano Teng Yang era completamente despreciable y odioso, un payaso que no merecía desfilar con millones para despilfarrar mientras dejaba a Teng Guang lidiar con las catastróficas consecuencias solo.
Después de que terminó el interrogatorio, Shen Xing hizo que los oficiales se llevaran a Teng Guang bajo custodia temporal, y luego se volvió hacia Liang Fei y preguntó:
—Liang Fei, ¿qué opinas sobre este caso?
Después de escuchar, Liang Fei dijo en tono grave: