—No me quiero casar—declaró Emma a su papá mientras se sentaba en la cama de su habitación.
—tendrás que hacerlo— le dijo su padre con una voz fría.
—papá no me quiero casar con un hombre que ni siquiera conozco no me puede hace eso— ella le declaró eso con lágrimas en sus ojos casi al brotar.
—hija entiéndeme tiene que hacerlo fue el trato que yo hice con ellos, tú crees que yo quiero dejar ir a mi flor de loto— así le decía cuando era una bebé.
—está bien padre lo voy hacer, Solo por ti— le dijo ella con una sonrisa forzada.
—cuando será la boda— le pregunto ella con curiosidad.
—será mañana—le dijo el sin más preámbulo.
—Qué—dijo ella.
Todo él empezó el día de mi cumpleaños, cumplia 25 años, estaba con mis amigos Iván y Lía festejando mi cumpleaños en mi casa elegante y grande, con una piscina, sala bien amplia, cocina y las habitaciones entres otros lujos. Estaba disfrutando la fiesta cuando de repente entró mi padre todo asustado.—que está pasando papá— dijo ella con una sonrisa.
—mi amor, tenemos que habla—dijo mi padre con cara de preocupación.
—se termino la fiesta— dijo ella para hablar con su padre.
A la mañana siguiente estaba usando vestidos de novia, era al estilo de princesa que se acomodaba muy bien a mi cintura, yo soy una mujer muy curvilínea, con un cuerpo que toda mujer deseaba tener. era peli-negra con los ojos azules como el océano.
Alguien toca la puerta— pase, por favor— dijo ella mirándose en el espejo.
—que hermosa esta mi niña, te parece a tu madre—le dijo su padre con lágrimas en los ojos.
Mi madre murió cuando yo nací, los doctores le decían que no podía tener o moría pero ella decidió darme a luz de todos modos, hasta ahora has sido yo y mi padre que no has sido nada fácil para él, que que no se volvía a casar más nunca con nadie, tuvo que mantener la familia a salvo y cuidar la empresa, que es una de la más grande de país.
—está lista—le pregunto su padre.
—he— le dijo ella confundida.
—que si está lista, para tu boda— le dijo él
—Si papá, lo estoy— con una sonrisa débil
No podía creer que se iba a casar con un hombre que nunca había visto. Y entonces por su mente le comenzaron a pasar pensamientos, de que si su futuro esposo fuese un anciano o algo por el estilo, una voz interrumpió su pensamiento —vamos querida— la voz que la interrumpió era más ni meno que su papá.
—ok papá— dijo ella con una sonrisa débil.
Iban caminando por la iglesia y todo el mundo la estaba mirando, estaban ahí sus amigos, Iván y Lia ella le dio una sonrisa. Ella estaba super nerviosa, el velo del vestido le tapaba para cara y era súper largo, cuando ella miró para el frente vio a un hombre para allí, esperandola era alto, con el cabello negro, con un cuerpo increíble era el hombre soñado de todas las chica.
Cuando llegó al altar él no se volteó para verla, ella lo miro con cara de curiosidad.
—por qué no me mira — se susurró para ella misma.
El padre dijo — estamos aquí para junta a la señorita Emma Leroy y al señor Dylan Dupont en el sagrado matrimonio.
—señor Dupont usted ama a la señora Leroy y jura quererla y protegerla.
El hombre sé quedó pensativo y dijo —Si lo juro.
—señora Leroy usted ama a él señor Dupont y jura quererlo y protegerlo.
Ella respondió de una vez, con una cara tímida—Si lo juro.
por la ley que me otorgó, lo declaró marido y mujer, puede besar a la novia. Ellos se acercaron y se dieron un piquillo.
Llegó la ahora de marcharse con su esposo a su casa, vino un auto lujoso era un Audi A3, el chofer le abre la puerta, ella se sube en el auto. de camino a su nueva casa estaba todo callado, nadie hablos ni dijo nada, ella se hacía preguntas pero sentía que no podía hacerla. Cuando llegaron a la casa el conductor abrió la puerta y nos bajamos, cuando de repente alguien salía de la casa.