Juguemos un juego

—¿De qué era la llamada? —preguntó Layla con un tono inquisitivo—. Roderick parecía bastante molesto.

—El supuesto amigo de Rick contrató a un gánster para hacerle daño —reveló Lucio—. Roger y Aiden intervinieron y tomaron cartas en el asunto, lo cual no le gustó a Rick.

—¿Por qué haría su amigo algo así? ¿Y por qué no lo denunciaron a la policía? —el ceño de Layla se frunció en confusión.

—No involucramos a la policía en este tipo de problemas —Lucio la miró—. Aunque intervengan, esos gánsteres vuelven a las calles enseguida. Es más fácil tratar con ellos... a nuestra manera.

—¿La manera de la mafia? —Layla dijo con picardía, arqueando una ceja.

—Exactamente. A Rick le disgusta —Lucio asintió—. Entiendo de dónde viene, pero no comprende completamente la gravedad de la situación. Su vida estaba en riesgo. Le dije a Aiden que retuviera a su supuesto amigo hasta que yo llegue —declaró Lucio firmemente.