Mantente alejado de Roderick

—Tío, por favor, te lo suplico —balbuceó Maxwell, su voz temblaba de desesperación. Sus rodillas se doblaron mientras se aferraba a las piernas de Lucio—. Lo juro, nunca me acercaré a Roderick de nuevo. No quería lastimarlo, lo prometo. Solo perdí el control. Unos puñetazos... eso era todo lo que tenía en mente.

Lucio se cernía sobre él, su mirada penetrante más fría que el cañón de acero presionado contra la barbilla de Maxwell.

—Jefe —intervino Aiden con cautela, mirando su teléfono—. Roderick está montando un escándalo. Roger ha estado enviando mensajes sin parar. Dice que deberías dejar ir a Maxwell —añadió con inquietud.

La mandíbula de Lucio se tensó mientras su agarre sobre la pistola se estabilizaba y su voz rezumaba amenaza. —¿Y qué garantía tengo —gruñó, su dedo peligrosamente cerca del gatillo— de que no perderás los estribos e intentarás lastimar a mi sobrino otra vez?