Roger, ¿podemos hablar?

Tras concluir el evento benéfico, Alekis llevó a Layla a un lado, con la mirada llena de sorpresa.

—Lucio y Roderick no chocaron hoy. ¿Qué hiciste? —preguntó, estudiándola atentamente.

Layla suspiró, recordando el tenso momento en el cementerio. —Les dije que actuaran como hombres maduros, y creo que todavía tengo cierta influencia sobre Roderick debido a nuestra relación pasada. Terminé regañándolo allí —admitió, con un rastro de culpa en su voz.

Alekis le dio una aprobación asintiendo con la cabeza. —Hiciste lo correcto. Rick siempre pierde los estribos cuando ve a Lucio en este día. Me alivia que lograran mantener la paz. Eres verdaderamente una mujer notoria, Layla. Estoy orgulloso de ti —dijo, ofreciéndole una cálida sonrisa.