—¿Quién te contó todo esto? —preguntó Lucio, su mirada alternando entre ellos.
—Haz una suposición, jefe —respondió Roger con una sonrisa entusiasta.
Lucio exhaló bruscamente, pensando por un momento.
—¿Fue Roderick?
—No —interrumpió Aiden con suavidad—. Fue tu padre.
Antes de que Lucio pudiera reaccionar, Roger dio un paso adelante, cruzando los brazos.
—Jefe, ¿por qué no nos lo dijiste? ¿Acaso no somos tu familia? —exigió, fingiendo estar ofendido—. Si había alguien esperando con ansias esta buena noticia, era yo.
Antes de que Lucio pudiera responder, Layla intervino:
—Porque le dije a Lucio que deberíamos mantenerlo en silencio por un tiempo. Además, planeábamos contárselo a todos hoy en la oficina. Al resto, se lo íbamos a contar en Navidad.
Lucio volvió su atención a Roger, entrecerrando los ojos.
—¿Y por qué, exactamente, estabas tan ansioso por esta noticia?
Roger infló el pecho, sonriendo con picardía.