La señal de internet era estable por el momento, ello permitió que se pudiera acceder al aplicativo de ubicación para establecer un plan que no pusiera en riesgo sus vidas una vez dejaran aquel refugio.
Shiwon presentó a su amigo que trabaja ahí, era un joven de su misma carrera llamado Jung Tae-il, fue por él que sus demás compañeros aceptaron dejarlos por un poco más de tiempo, aunque claro, Daewon quería salir de ahí de inmediato debido a la hora que vendría el pelotón, según su experiencia, era probable que se quedaran por unos días, no más y tuvieran que moverse hasta controlar la situación o en el peor de los casos tener que escapar.
— Acortaríamos hasta la calle 10 si pasamos por el centro comercial. —Shiwon movió el espacio digital que enseñaba la ruta—. Luego de eso…tenemos que conseguir sus armas. —Miró a Daewon y al oficial.
— ¡Ya sé! —Habló Hyunjun emocionado—. Si vamos por el centro comercial pasaremos por tiendas de artefactos y de cosas de cocina, así podremos fabricar armas.
— No somos el personal técnico de una empresa industrial. —Daewon veía esa idea poco probable.
— No sabemos si no lo intentamos, probemos creando armas que puedan por lo menos protegernos.
Daewon miró a Jisung, sabía que por lo menos tendría 3 balas en ese cartucho, por lo que salir también era riesgoso, pero si no llegaban a unirse a ese pelotón estarían contando minutos para morir.
El centro comercial era una mala idea, un lugar que era un foco infeccioso por la aglomeración de gente, a pesar de que las medidas se establecieron y los directivos acataron, existe el vandalismo, ni una población se salva de ello. Cuando hay hambre, necesidades y tienes personas a las que cuidar surge esa desesperación que lleva a la destrucción de todo lugar con tal de vivir.
Si iban a ir a aun lugar con el mayor aforo tenían que protegerse y más cuando las armas del grupo eran de cuerpo a cuerpo, por lo que tuvieron que cubrirse utilizando el papel de las revistas de la tienda embalándose con cinta aislante, también tomaron ligas, toallas húmedas, ganchos de pelo y demás productos que fueron regalados a Shiwon una vez abandonaron aquel refugio.
La puerta de salida era un callejón que daba hasta la puerta trasera del centro comercial, tuvieron que ser sigilosos y aprovecharon bien el momento de "tranquilidad" al haber solo pocos infectados esperándolos, algunos cuántos fueron aplastados en el cráneo por el bate de Hyunjun y la palanca de auto que agarro Shiwon, él tampoco tenía tantas balas.
A la entrada fue obvio ver a los infectados dentro, habían cadáveres con sangre seca regada en el piso, varios objetos tirados y la basura desbordando, era un olor desagradable, pero fue muy diferente cuando entraron, el aire acondicionado despejaba el olor, aunque se podía sentir si te concentrabas en buscarlo, pero todos buscaban aspirar la fragancia gélida.
Daewon vio que el sol empezaba a ocultarse entre las nubes y el cielo se iba oscureciendo, tenían que apurarse, ya que las luces no estarían encendidas por mucho tiempo, la mayoría estaban apagadas y la electricidad parecía dar su último aliento.
— Hay más personas.
Daewon dirigió la mirada a dónde Jisung apuntaba, era un grupo de personas que se encontraban en el segundo piso, pudo notar que estaban equipados e iban bien vestidos, supuso que eran de esos grupos que se dedicaban a robar en los supermercados.
— Tienen armas, deberíamos ir con ellos.
— No. —Daewon interrumpió a Jisung—. Son personas clandestinas, sería mejor no involucrarnos.
Daewon dio pasos hacia atrás con cuidado divisando a las figuras que se iban perdiendo por el muro, los demás lo siguieron dudosos. Caminaron solo unos cuántos pasos cuando Shiwon vio por el reflejo de la vitrina de una tienda a un joven encapuchado con un arma apuntando a su dirección, creyó que la bala iba para él, pero tuvo un presentimiento y empujo al oficial derribándole al suelo antes de que la bala impactara en su cabeza, en su lugar la vitrina recibió el golpe agrietándose, luego varios disparos consecutivos les hicieron agacharse y correr mientras los infectados dejaban de prestar atención a sus cadáveres y olfateaban al aire seducidos por el hambre como su primer instinto para atacarlos.
El señor Kang y Hyunjun fueron quienes cubrían bateando a cualquier infectado. Shiwon hacía lo posible por ayudar a sus compañeros que no tenían armas y llevaban el equipaje, además de tener que ocultarse entre los árboles decorativos cada que miraba de reojo al chico encapuchado.
— ¡Señora Kang!
La señora Kang se volvió el objetivo por lo que una bala impacto en su pierna sacándola un gran grito de dolor, Daewon no pensó ni un segundo en tomar a su madre en brazos para meterse en una esquina del centro comercial, detrás de él había una puerta y no dudo en usar toda su fuerza para tratar de derribarla, no podía usar su pierna como quisiera por lo que empujaba todo su cuerpo. Hyunjun lo ayudo pateando hasta derribarla, por falta de equilibrio se tambaleó sujetándose del marco siendo defendido por Jisung cuando un infectado se acercó para atacarlo, este con una gran patada temeraria mando a volar derribando como un cono de bolo a los infectados.
Todos ingresaron inmediatamente trazando un plan colmena para sobrevivir, el oficial empujo uno de los estantes de libros para ponerlo como barrera, no era tan grande como para cubrir por completo la puerta, pero ayudaba a que los infectados se amontonaran. Pronto a Jisung no le quedó de otra que tirar libros al ser su último cartucho gastado.
— ¡Entren aquí!
El señor Kang había logrado abrir la puerta de empleados, primero entró Daewon con la señora lastimada, luego el oficial junto a Hyunjun y por último los héroes del momento al ser los únicos con armas; Shiwon y Jisung, así cerrando la puerta atracandola con la palanca de Shiwon. Hyunjun empujó junto a Jisung el casillero al costado derribándolo para que no entraran más.
Todos respiraban con dificultad, sus vidas pasaron por sus ojos, los infectados corrían a una velocidad inhumana y si no fuera por la delantera que tuvieron era probable que hubieran muerto. La cabeza de todos estaba recuperándose de lo sucedido, sus cuerpos estaban temblando, sentían la adrenalina de gritar, pero no querían hacer ruido, pues los quejidos de los infectados seguían ahí, posiblemente aún los olfateaban.
La señora Kang soltó un pequeño chillido de dolor cuando Daewon la sentó en uno de los sofás de la sala quitando del momento de trance a todos.
No era nada bueno, tener ahora a una persona herida de bala aumentaba su riesgo de muerte en su equipo y más al ser su punto débil: su mamá. Shiwon se dio cuenta de la desesperación y enojo en la mirada de Daewon por lo que no dijo nada y solo ayudo a Hyunjun a sacar el botiquín y hacer lo que podían para curar la herida.