Capítulo 13: Diversión antes del desastre

Después de que terminara el partido, intenté escabullirme hacia una esquina tranquila, buscando un rincón donde pudiera recuperarme del agobio y la incomodidad del juego. Sin embargo, no tuve suerte. El profesor, con su típica sonrisa que parecía una especie de imán para mi puño, se acercó a mí, tratando de convencerme de que me uniera al club de baloncesto.

Con una ligera sensación de alivio, me dirigí hacia el rincón más alejado del gimnasio. Me senté en un banco vacío, lo suficientemente apartado para no sentirme tan expuesto a la multitud que se agolpaba alrededor de la cancha. Desde allí, me dediqué a observar el juego, aunque mi mirada no podía evitar centrarse en Chinatsu-senpai. La veía moverse con esa gracia natural que parecía dominar todo lo que hacía, sus movimientos fluidos y llenos de energía.

A pesar de que intentaba no involucrarme demasiado, no pude evitar sentir una curiosidad creciente por cómo jugaba. Cada vez que el balón pasaba por sus manos, parecía que el juego giraba a su alrededor, como si fuera la pieza clave de todo el equipo, sin esfuerzo alguno. Aquella confianza en su desempeño era fascinante.

Mientras los demás jugadores se concentraban en la pelota, yo me quedaba allí, inmóvil, perdido en mis pensamientos. ¿Qué sería lo que hacía a Chinatsu-senpai tan especial? ¿Sería solo su habilidad natural para los deportes o había algo más en su manera de interactuar con los demás, algo que la hacía sobresalir con tanta facilidad?

Sin darme cuenta sentí como alguien me sacudía levemente sacándome de mi aturdimiento.

''¿Qué sucede Yanami?'' preguntó sin tener idea de porque se estaba acercando a mi enfrente de tanta gente.

''¿Quieres jugar ping pong?'' dijo mientras me agarraba la mano para arrastrarme.

''No sabía que habían mesas'' 

"Claro que las hay. ¿Qué dices? ¿Nos vamos a divertir un rato?" Me lo preguntó con esa actitud despreocupada que siempre la acompañaba. Estaba claro que estaba buscando una excusa para alejarse de su grupo, pero sinceramente, no me importaba en lo más mínimo.

"Claro" dije finalmente, levantándome del banco. Estaba un poco cansado del bullicio del gimnasio, así que una partida rápida me vendría bien. Sin pensarlo demasiado, dejé que Yanami me arrastrara, permitiendo que el peso de la situación se desvaneciera por un momento.

Yanami me llevó hasta la zona del gimnasio donde estaban las mesas de ping pong. Era un rincón algo apartado, con poca luz, pero tranquilo, perfecto para desconectar un poco del caos que reinaba en la cancha. Al llegar, noté que la mesa estaba libre, lo cual era una suerte, ya que la mayoría de los estudiantes se había reunido alrededor del juego de baloncesto.

"Vamos, Ayanokouji-kun, que no tengo todo el día", dijo Yanami con una sonrisa pícara mientras me lanzaba una raqueta, quedándose con otra para ella.

"¿Sabes jugar al ping pong?" Pregunté mientras me acomodaba en el otro lado de la mesa, todavía un poco sorprendido por la rapidez con la que me había arrastrado hasta allí.

''Je-je-je. Debo de admitir que soy una jugadora bastante competente, la cual ha desarrollado sus habilidades durante innumerables batallas a muerte, así que me gustaría apostar'' dijo mientras agarraba la pelota y me señalaba como si me estuviera retando a una batalla a muerte con cuchillos.

''Acepto la apuesta, espero que estés preparada para perder'' decidí que mi mejor ruta era seguirle el juego, no es como si me gustara que me reprendiera por no responder a sus bromas.

 "No te preocupes, te haré un calentamiento antes de que empieces a sudar" respondió, lanzándome una mirada confiada mientras cogía la raqueta con ambas manos.

Sinceramente no me veía jugando un partido serio. Tampoco pensaba que Yanami fuera una gran rival. Después de todo, la conocía más por su fama de ser algo infantil y perezosa que por sus habilidades deportivas.

''Seré yo quien juzgue si eres lo suficientemente hábil para recibir mi reconocimiento'' dije con un tono condescendiente, casi como si me estuviera jactando.

Yanami me lanzó una mirada desafiante, como si acabara de encenderse una chispa de competencia en ella. "Oh, ¿así que quieres jugar de esa manera? Bueno, prepárate, Ayanokouji-kun, porque te voy a enseñar el verdadero significado de habilidad."

Con una sonrisa burlona en su rostro, me preparé para recibir el primer saque. La pelota salió disparada con una fuerza decente, pero claramente sin mucha precisión. Voló por el aire y, en lugar de rebotar en la mesa, cayó estrepitosamente al suelo.

"¿Eso es todo?" le pregunté, levantando una ceja y mirándola, casi sin creerlo. "¿Estás segura de que sabes jugar?"

Yanami, tratando de no perder su compostura, se rió nerviosamente. "Es solo... un calentamiento, ¿vale?. A veces el saque necesita un poco de estilo, ya sabes." Y volvió a tomar la pelota, esta vez asegurándose de que fuera más suave. La lanzó hacia la mesa, pero la pelota rebotó de forma errática, tomando un ángulo extraño que terminó cayendo fuera de la mesa por un costado.

"Creo que la pelota tiene miedo de ti" bromeé, notando que se frustraba un poco.

Repentinamente un chico se acercó a nosotros, y si mi mala memoria no me afectaba. Su nombre era Ayano y era el chico con el que había compartido equipo de baloncesto.

''Hola chicos... ¿Saben donde está Lemon?'' dijo mientras miraba en todas las direcciones como si estuviera buscando a su cachorro perdido.

''¿Lemon?'' pregunté, frunciendo el ceño, sin tener idea de a quién se refería.

''Ah, se refiere a Yakishio, Ayanokouji-kun'' 

Con que se refería a ella... según tenía entendido era una chica de mi clase que pertenecía al club de atletismo, su piel estaba bronceada y no la consideraba particularmente atractiva, pero era alguien agradable por lo que había escuchado.

''Creo que la vi dirigirse al almacén'' mientras observaba el partido de Chinatsu-senpai la había visto por casualidad, pero como no era de mi incumbencia decidí no interferir en lo que sea que estuviera haciendo.

"Gracias, Ayanokouji-kun" respondió Ayano, asintiendo con la cabeza. "Si me disculpan, me retiro. Tengo que ir a verla."

"¡Nos vemos!" gritó Yanami, agitando los brazos delgados con entusiasmo, como si no fuera a verlo nunca más.

Luego de que se fuera volvimos a centrarnos en el juego, solo para mostrarme... sus grandes habilidades en este deporte.

"Definitivamente la pelota te está evitando" dije mientras miraba como la pelota iba a cualquier lugar menos a donde debería ir.

"¡Cállate, Ayanokouji-kun! Solo... estoy calibrando mi saque", dijo con un tono de voz casi cómico mientras se rascaba la cabeza, sabiendo que no lo estaba haciendo bien, pero tratando de mantener la compostura.

Luego de eso continué viendo como continuaba fallando, mientras ocasionalmente me burlaba de lo mala que era en esto.

De vez en cuando, miraba hacia la cancha de baloncesto, donde Chinatsu-senpai seguía jugando con la misma destreza y gracia que antes, seguro que le gustaba ese deporte para seguir jugando durante tanto tiempo sin parecer aburrida.