¡NO SOY UNA RAMERA! (1)

La puerta de la Mansión de Marcos se abrió automáticamente y él aceleró hacia adentro. Hizo un giro brusco del volante en el coche mientras este giraba simultáneamente hacia el garaje donde lo estacionó.

Marcos suspiró antes de apagar el motor del coche. Desbloqueó las puertas antes de bajar del coche y cerrar de golpe la puerta.

Ann abrió la puerta y bajó del coche junto a él. —Oye, mi bolsa está ahí dentro —señaló mientras lo veía caminar hacia el penthouse.

Él se detuvo justo en su trayectoria antes de sacar la llave de su bolsillo y girar. Extendió su mano hacia la dirección de su coche antes de presionar un botón en la llave del coche.

El coche hizo un sonido llamativo antes de que la cajuela trasera se abriera automáticamente.

Marcos giró y continuó su camino hacia el penthouse hasta que llegó a la puerta y fue detenido nuevamente por la voz de Ann.