—Quiero mi polla dentro de ti, bebé —su voz sonaba como un gruñido seductor mientras ella enroscaba sus dedos en la punta de su polla.
—¿Estás seguro de que estás listo para esta concha? —preguntó ella mientras frotaba la punta lentamente y con suavidad.
—Jode mi polla, bebé —ronroneó él mientras ella deslizaba su mano de su polla y se bajaba con sus dos palmas apoyadas en su pecho. Usando su otra mano, inclinó su polla y la deslizó a través de su hendidura mojada antes de presionar su coño contra él.
—Ahhhh... —ambos soltaron un gemido lascivo al sentir su polla rozándose contra su hendidura mientras ella comenzaba a mover su cadera de atrás hacia adelante en un movimiento de balanceo mientras la humedad de su excitación se esparcía deliberadamente a través de él.