Ann ha estado en la cama durante casi una hora, su cuerpo estaba débil y apenas podía moverse. Sentía dolor por todo el cuerpo, especialmente adolorida en sus partes íntimas. Cada vez que intentaba mover las piernas, el dolor aumentaba hasta el punto de hacerla recostarse de nuevo. —Oh... Su cuerpo temblaba mientras sollozaba en la cama.
—Ann. —Marcos la llamó, lo que la hizo dar un respingo.
Su cuerpo tembló ante el tono profundo de su voz, asustada de lo que él podría hacerle si descubría que aún no se había refrescado. —Sí, Señor —Ann respondió inmediatamente cuando él entró en la habitación.
Él suspiró mientras se acercaba a ella y ella se encogió de vuelta en una posición sentada en la cama, —¿Todavía no te has refrescado? —preguntó Marcos.
—Señor, intenté... —balbuceó Ann.