TE RETO A BESAR A JASON

—Ya voy —dijo él mientras se subía sus vaqueros ajustados desde dentro de la habitación.

—¡Apúrate, muñeca! —gritó Silver, ya que él estaba perdiendo tanto tiempo tratando de prepararse.

La puerta se abrió y apareció Dante sin camisa. Sus rizos estaban lisos, mojados y desordenados, pero se los revolvió hacia atrás al instante. Se puso la camisa mientras ella miraba hacia abajo esos fuertes abdominales, deseando poder tocarlos. —¿Oh, me estás llamando tu muñeca? —él bromeó y ella rodó los ojos—. Lástima que tenga algo que mostrar en mi pecho a diferencia de ti —dijo y su boca se abrió en shock mientras un suspiro escapaba de sus labios—. Él le levantó la mandíbula para cerrarle la boca con su dedo medio y luego le guiñó el ojo—. Vamos, partamos o sino cambiaré de opinión y meteré mi polla en tu boca.

—Eres un idiota —dijo Silver mientras rechinaba los dientes.

—Al menos soy tu idiota —respondió él.