Capítulo 17 - Ojos Plateados en la Oscuridad

La copa fue arrancada de su mano y lo siguiente que supo fue que el vino se había derramado sobre su rostro.

El agarre del hombre alrededor de su barbilla desapareció mientras su dama cambiaba su posición para sentarse a horcajadas sobre él.

—No la mires a ella, mírame a mí —gimió y presionó un beso en sus labios, mientras los demás reían ante su demostración de celos.

Ahora que la atención ya no estaba sobre ella, Belladonna se tambaleó al ponerse de pie, temblando ligeramente mientras corría fuera de la habitación, esperando que nadie la notara.

Las risas de los hombres y mujeres en la habitación la seguían como gongs de burla; al igual que la mirada del hombre que había sostenido su barbilla lo hacía, con una chispa de curiosidad, confusión y algo que no debería estar ahí.