—¡Tú misma has hecho algo sucio, admítelo! ¿Por qué debería arrepentirme de algo? —gritó Sophia.
Emily asintió, mirando a Nathan.
Su mirada hizo que Nathan se sintiera incómodo. —¿Esto es por mí?
—Sí —asintió Emily—. Tu abuelo arregló que nos casáramos para protegerte a ti y a la familia Reed.
—¡Ja! —se burló Sophia—. No te hagas la noble. Solo eres una chica pobre. ¿Qué puedes hacer tú para proteger a la familia Reed?
Emily permaneció impasible, solo mirándola en silencio.
—La familia Reed realmente me necesita —dijo Emily—. Aunque sea una chica pobre, puedo guardar un secreto.
—¿Qué secreto? —preguntó Nathan—. Después de cuatro años de matrimonio con Emily, no tenía idea de que todavía había un secreto entre ellos.
Sin embargo, la expresión actual de Emily le dio una mala sensación.
—Nathan tiene oligozoospermia.
—¿¡Qué?! —exclamó Nathan.
—¿Qué... —dijo Sophia, desconcertada.