*Xander*
Henry dormía, pero yo no podía dormir con el chillido que se filtraba por la entrada de la cueva. Abrazaba mis rodillas y esperaba, y esperaba, y esperaba que Henry despertara y me explicara qué demonios estaba pasando.
La historia de lo que le pasó a Carly se repetía en mi mente, retorciendo mi estómago en un nudo. Se lo diría a *Lena*, por supuesto, cuando la viera de nuevo. Aparté las imágenes de mi mente, rezando a quien quisiera escuchar que tuviera un momento de paz y descanso.
Pero no había tiempo para detenerse, porque cuando él despertó, me condujo rápidamente de vuelta a través de la entrada del túnel sin decir una palabra. La luz rosada se reflejaba en los fragmentos de vidrio que había colocado a lo largo del túnel, mostrándonos los primeros destellos del día.
—Los días son cortos aquí —dijo en un susurro, instándome a seguir caminando hacia adelante—. No tienes mucho tiempo.
—¿Qué–
—Ve. Vuelve al portal por el que saliste y lárgate de aquí. No vuelvas.