—Xander me observaba cautelosamente desde el otro lado del bote mientras yo abrazaba el libro contra mi pecho —dijo Lena—. Detrás de nosotros, el Reino de la Noche se desvanecía a la vista mientras la pared de niebla regresaba, encerrándonos en algún nuevo lugar desconocido.
—Era de día aquí, casi como si estuviéramos persiguiendo el atardecer que acabábamos de presenciar en la playa. Frente a nosotros yacía una amplia y distante orilla que brillaba como una esmeralda pulida.
—Tuve un momento de déjà vu mientras el bote se acercaba a la orilla. Había estado aquí antes, o al menos eso creía, durante aquella pesadilla cuando estaba enferma y con fiebre por el ataque de Jen, del cual todavía llevaba las cicatrices. Recordaba campos de hierba verde, un arroyo tranquilo y islas de flores y hongos de todos los colores y variedades.