*Oliver*
Xander era un desastre total en todos los aspectos.
Solo me miraba fijamente mientras estaba sentado en la cama, sus ojos se estrechaban en mi rostro mientras yo hacía lo mejor para explicar lo que había ocurrido, lo que había hecho y por qué.
Apenas podía formar las palabras. Él no era el único que había perdido a su compañera. No era el único que había vivido, mientras que la otra parte de su alma había quedado atrás en un reino que ya no existía.
No había tenido opción. Era la vida de Lena o la vida de muchos... cientos de miles de vidas, para ser exactos.
Sabía en mi alma que Lena lo habría querido así. Ella tomó esa decisión por sí misma en el momento en que agarró esa piedra amarillo pálido en sus manos y susurró bajo su aliento para salvar la vida de Xander en lugar de la suya.