—Bien, podemos rastrearla —dije, asintiendo.
—Gracias —respondió ella con rigidez—. Sus dientes apretados detrás de sus labios.
Sus ojos se dirigieron varias veces hacia Thomas. Aunque quería mantener a Thomas a mi lado, Mila parecía no confiar en él. No de la manera en que había llegado a confiar y aceptar la presencia de Payne.
—Payne, ven con nosotros —dije, señalando a Mila y a mí mismo—. Thomas, quédate aquí y asegúrate de que el resto del grupo esté seguro hasta que volvamos, ¿entendido?
—Claro, entendido —Thomas asintió.
—¿Dónde deberíamos buscar? —pregunté, encaminándome hacia el pasillo.
—Pensé que podríamos empezar en el templo —sugirió Mila.
—De acuerdo —acepté.
«¿Quién es esta joven belleza?» Thomas me vinculó mentalmente mientras cerraba la puerta.
«Problemas», gruñí mentalmente.
Thomas soltó una risita mientras la puerta se cerraba de golpe detrás de mí. Sacudí la cabeza y señalé hacia el pasillo.