Capítulo 113: El Túnel

Dos guardias llegaron a cada lado de mí. Antes de que pudieran agarrarme los brazos, les dije:

—No me toquen. Tengo piernas, y puedo caminar sola.

Miraron al rey, y él agitó su mano, permitiendo que los guardias respetaran mi solicitud. Como resultado, uno de ellos asintió hacia mí, mostrándome el camino mientras el otro me seguía detrás, manteniendo una estrecha vigilancia.

Mantuve mi cabeza baja, pero constantemente movía mis ojos de un lado a otro, observando mi entorno y memorizando mi camino a través del palacio hacia la mazmorra.

Vi varios cuadros en la pared que destacaban, fijándolos en mi mente.

Cuando llegamos a una entrada que conducía a un túnel que descendía hacia el subsuelo, el camino completamente negro me hizo detenerme por un momento. Uno de los guardias me empujó hacia las escaleras.

—¡Oye!

—Solo sigue caminando. Pronto estarás donde perteneces —gruñó.