Capítulo 18: No comas la comida

Eliza

Corrí. No sabía qué más hacer. El bosque pasaba en un borrón mientras me abría paso a través de la densa maleza, tratando de poner la mayor distancia posible entre mí y la batalla que tenía lugar en el claro que una vez había sido nuestro campamento.

No podía oír nada de lo que sucedía en nuestro campamento desde mi escondite bajo los árboles, pero entonces un grito desgarró el bosque... luego otro, luego otro. Después del tercer grito, salté sobre mis pies y corrí como si mi vida dependiera de ello.

Si Jared seguía vivo, lo cual parecía improbable, él me encontraría.

¿Verdad?

El lobo de Jared había sido un choque, casi tan impactante como la situación en la que me encontraba ahora… Negro como la noche con ojos carmesí, grande y ágil.

Pero esa sombra que proyectaba mientras se alejaba corriendo de mí fue lo que me dejó atónita. Era una parte de él, algo atado a su alma que no podía desprenderse. Era… poder, un poder oscuro… algo que no podía controlar.