—Alina lloró y amenazó a Lucas con que se iba a tirar por la ventana.
—Sin embargo, la ventana estaba cerrada con llave y había gente vigilando afuera. Aunque quisiera escapar, no podía hacerlo.
—Lucas permanecía en la misma habitación con Alina todos los días. Comía y dormía con ella, pero no le hablaba.
—En el segundo mes del arresto domiciliario de Alina, finalmente entró otra persona en la habitación.
—El médico de la familia vino a extraerle sangre a Alina.
—Después de que el médico se fue, Alina se sintió inquieta.
—Le preguntó a Lucas, su voz sonando suave —Lucas, ¿qué quieres hacer?
—Lucas estaba sentado en su silla de ruedas leyendo, sin siquiera mirarla.
—Alina salió de la cama y se agachó al lado de su silla de ruedas.
—Lucas, por favor. No me tortures. Dime qué quieres hacer —esta fue la primera vez en dos meses que Alina hablaba con Lucas con una actitud normal.
—Lucas dejó el libro y la miró fijamente —Quiero que te embaraces de nuevo.