Lily dejó a Edric solo de manera sensata, aunque se sentía bastante inquieta. Edric no parecía estar enojado en absoluto; al contrario, la trataba como de costumbre. ¿Él le creía que era inocente o lo contrario?
Cuando regresó a casa, le contó todo a Deborah lo que había pasado hace un rato. Deborah reveló una sonrisa despectiva.
—No importa si lo cree o no. Recuerda que no debes admitirlo pase lo que pase. Tu padre regresará pronto.
—Mamá, papá siempre ha favorecido a Irene más que a mí. Si él supiera esto, definitivamente me culparía —se quejó Lily preocupada.
—No te preocupes. ¡Habrá un buen espectáculo esperándolo cuando regrese!