Era infértil. Mi esposo Edric dijo que me amaría sin importar qué.
Durante tres años, siempre había sido amable conmigo, estaba feliz de haber encontrado a alguien que realmente me amaba y no le importaba que no pudiera darle un hijo.
Hasta que un día, descubrí que me había estado engañando desde hace mucho tiempo, viviendo una doble vida y teniendo un bebé con otra persona.
Y esa mujer era una amiga muy cercana mía.
Estaba enfadada, la abofeteé, pero no esperaba que eso mataría a su bebé.
Edric estaba furioso y envió a su abogado para obligarme a firmar el acuerdo de divorcio.
Se me dijo que no tomara ninguna joya que Edric me compró, y ninguna propiedad me pertenecería, todo lo que podía hacer era simplemente empacar e irme.
Tres años después, volví por venganza, con otro hombre...