Thomas se sentía inseguro en esos días. Después de pensar en ello durante mucho tiempo, sintió que había hecho algo muy mal. No debería haberse comprometido con María solo por un momento de paz.
Sabía muy bien qué tipo de persona era María. Ella nunca dejaría de encontrarse con él como le había dicho. En lugar de esperar a que ella viniera a amenazarlo de nuevo, prefería pensar en una forma de lidiar con ella primero. Después de reflexionar al respecto, fue a encontrarse con Jordan.
La visita de Thomas sorprendió a Jordan. Jordan lo invitó a tomar asiento y le sirvió una taza de té. Thomas tomó el té y dio un sorbo, diciendo:
—El propósito de mi visita esta vez es para pedirte un favor.
—Haré todo lo posible siempre y cuando esté en mi mano —Jordan fue muy directo.
—Esto será muy fácil para ti. Quisiera pedirte tu ayuda para establecernos a Irene y a mí en el extranjero.
—¿Irene va a hacer lo que tú dices? —preguntó Jordan.