Capítulo 150 ¿Qué derechos tienes?

—Edric, ¿puedes usar ese cerebrito tuyo y pensar? —preguntó Irene—. ¿Qué derechos tienes para tomar tal decisión?

—¡Porque soy el padre biológico de Eden! —respondió Edric, casi tan alto como un rugido.

—¿Padre? ¿Cómo te atreves a decir eso? ¿No recuerdas que fuiste tú quien me echó de la casa ese año? Desde el momento en que te divorciaste de mí y me dejaste, ¡Eden y yo cortamos todos nuestros lazos contigo! —replicó Irene.

—Irene, ya te expliqué lo que pasó ese año. ¡Nunca fue mi intención dejarte! —gritó Edric—. Apretó los puños, las venas de sus antebrazos visibles. Para él, lo que pasó esos años no dejó más que dolor. No había sentido un momento de alivio desde entonces.

—Sí, tienes tus razones y excusas, ¿pero y qué? ¿Eso significa que debería perdonarte? ¿La ley perdona a un asesino si tiene una razón válida para cometer ese crimen? —preguntó Irene, sin controlar más sus emociones.