—Luo Shanzhu, ¿qué quieres decir? Si crees que mil yuanes es demasiado, el Hermano Ye siempre puede vender el trabajo a otra persona. Solo porque nadie en el equipo de producción pueda permitírselo no significa que nadie en la ciudad pueda —dijo Zhang Tiewa, con voz impregnada de irritación.
—¡Así es! El Hermano Ye siempre ha cazado en las montañas con nosotros, y el dinero ganado se reparte por igual. ¿Cómo puedes decir que el Hermano Ye no necesita estos mil yuanes? ¡Él no te debe nada! —Zhang Tiewa y Xingzhi criticaron a Luo Shanzhu por turnos sin esperar que Jiang Yexun hablara.
—Eso no es lo que quise decir. Solo estaba ansioso y se me escapó algo —intentó explicar Luo Shanzhu.
—¿Ansioso? ¿Un lapsus? ¿No demuestra eso lo que realmente piensas? —replicó Zhang Tiewa.