Su Xiaoxiao se volvió hacia Jiang Yexun con sorpresa. —¿Ya tenías esto planeado? Yo no lo sabía antes.
—Habíamos acordado que mi madre y mi padre se divorciarían. Si te prometí algo, voy a asegurarme de cumplir esa promesa —dijo Jiang Yexun amablemente, sonriéndole.
Él siempre prefería estar preparado para cualquier situación. Si algo iba a empezar, tenía que tener éxito.
—Entonces, ¿cuántos años exactamente? —preguntó la Sra. Su, satisfecha con la meticulosidad de Jiang Yexun pero habiendo oído demasiadas promesas vacías de hombres en su tiempo.
—Dos
—¡Tres años! El tercer año después de casarme con Yexun —interrumpió Su Xiaoxiao.
Para entonces, planeaba trasladarse del Nordeste a la Universidad de Beijing, evitando molestias adicionales. Además, si tenía un hijo para entonces, manejar todo con un bebé y todas sus pertenencias sería agotador.
—¿Te resistes tanto a dejar el campo? —dijo la Sra. Su con una mezcla de enojo y diversión, mirando a su hija.