Fobos es rápido al levantarse y pararse en sus pies observando hacia abajo a su macho con órbitas doradas idénticas y vivaces. —Todavía es un cachorro, pronto comenzará a usar sus otros sentidos —susurró, no queriendo que Fobos se decepcione con nuestro macho.
Tadeas mira hacia arriba a su padre con ojos borrosos mientras levanta sus pequeñas extremidades hacia él y rebota sobre su trasero exigiendo ser consolado. Mi pareja se inclina y lo levanta con un suspiro apenas audible acatando los deseos del pequeño. Él sujeta al cachorro llorón contra su pecho para palmear su espalda y mecerlo de lado a lado exactamente como yo le enseñé. —Teď ticho. Jsem tady.
(Shh ahora. Estoy aquí.)
—Él es tan serio como tú, no le gustan los juegos —río con ganas.
—Deseo comenzar su entrenamiento oficial pero cómo puedo si se molesta en mis pruebas. A los cachorros les encanta jugar de esta forma pero él lo detesta, no entiendo.
—Él es simplemente diferente a los demás.