Acomodándome en el mullido sillón azul claro en la habitación de Cassie, observé la grandiosa esplendor de la suite que se asemejaba a un apartamento. La decoración hablaba de realeza y sofisticación, con acentos dorados y telas ricas adornando cada superficie. La suave luz de las velas titilaba, arrojando una atmósfera etérea sobre la habitación. Era tan diferente a la forma en que vivía en la Tierra, y ver que la gente aquí en este lugar vivía así... me transportaba.
Era como algo sacado de un cuento de hadas, y la mezcla de tradiciones modernas y antiguas estaba por todas partes. Sosteniendo la copa de cristal tallada que me ofreció un sirviente en el momento en que entré en la habitación, reflexioné sobre lo que había hecho que Cassie me trajera hasta aquí. El líquido carmesí en la copa giraba ligeramente mientras levantaba la copa a mis labios, saboreando el líquido aterciopelado dentro.