Esperanza.
La única palabra que nunca esperé que se hiciera realidad porque es lo único que me ha mantenido viva durante los últimos años. Esperanza de que eventualmente pueda arreglar los problemas que creé al asumir los poderes de mi hermano. Esperanza de que nuestros hijos algún día puedan vivir normalmente. Esperanza de que mi familia algún día vuelva a estar completa. En el fondo, una parte de mí ha empezado a perder esa esperanza que tanto he buscado desde que tengo memoria.
Tener mi vida arrancada de un lugar a otro mientras veo a mis hijos crecer y a mi familia regresar, solo para darme cuenta de que mi vida no es mía, ha sido más difícil de lo que nadie podría imaginar. Y para colmo, no todos mis compañeros han sido tan comprensivos como me gustaría.
No es que pueda culparlos.
Nunca imaginamos que todo esto sucedería.
—Tía Cassie… Te prometo que estoy bien. No necesito una niñera.