Capítulo 272: Pandora

La boca de Brina se abre lentamente, pero no salen palabras de sus labios. Sus ojos se ensanchan de sorpresa y dirige su mirada hacia la puerta trasera.

—Bueno, para mi sorpresa y asombro, recientemente descubrí que tengo una hija... bueno, mi antigua yo la tenía, supongo.

Mi mente se llena de preguntas y confusión mientras salimos por la puerta y atravesamos el pequeño jardín, repleto de flores vibrantes de todos los colores imaginables. Las delicadas venas de los pétalos se retuercen y entrelazan alrededor de sus cajas de madera, extendiéndose hacia el brillante sol alto en el cielo.

—Es una historia bastante complicada... pero en realidad ha sido de gran ayuda —explica Brina encogiéndose de hombros, guiándome más profundamente en el invernadero.

Al entrar, lleno del dulce aroma de las plantas florecientes y la cálida humedad, me detengo en seco. Frente a mí están dos chicas sentadas tranquilamente juntas, una a la que veo todo el tiempo y otra que no suelo querer ver.