Olivia
A veces, pensaba mientras miraba a mi hijo, todo esto parecía un sueño. No podía ocultar la tonta sonrisa en mi rostro mientras lo veía reírse del dibujo animado que había puesto. Había sido uno de mis favoritos cuando era niña, y estaba emocionada de mostrárselo.
Sus adorables hoyuelos en el costado de su rostro se ensanchaban mientras miraba fijamente la pantalla, riendo cada vez que uno de los personajes hacía un movimiento gracioso.
A nuestro alrededor había montones y montones de juguetes que Elio había recibido durante su año y medio de vida: camiones y libros de cuentos, pistas de carreras y animales de peluche, todo lo que un niño pequeño podría desear, todo lo que yo había querido de niña.
Quería darle todo lo que quería, todas las cosas que yo había querido de niña pero no pude tener. Quería que él tuviera una vida mejor que la que yo tuve de niña.