CAPÍTULO 30

P.O.V. DE KADEN

Nunca he estado tan agradecido por el hecho de que Amelia se ponga nerviosa a mi alrededor como lo he estado hoy. Generalmente odio su nerviosismo y quiero que esté libre a mi alrededor pero si fuera así, entonces se habría dado cuenta de cuántas veces me equivoqué hoy. Desde el momento en que la recogí en la escuela, fue una batalla no arrastrarla hacia mis brazos. Cuando llegó Lucy y arruinó todo, estaba tan frustrado y enojado.

Estaba furioso con mi madre por organizar las cosas con Lucy y estaba aún más furioso de que ahora Lucy estuviera viviendo en mi casa y no había nada que pudiera hacer al respecto. Mi enojo con Lucy no podía mantenerse en la superficie por mucho tiempo porque Amelia era como un imán. Ella era mi kriptonita y lograba atraer mi atención sin importar cuán enterrado estuviera en mis pensamientos. Su silencio era ensordecedor y sus palabras eran aún más fuertes.