PUNTO DE VISTA DE AMELIA
Cuando desperté a la mañana siguiente, Kaden no estaba en la cama y odié la forma en que la decepción creció en mi pecho. A pesar de que no quería, una parte de mí había creído sus palabras anoche y esperaba que él estuviera a mi lado cuando despertara. Traté de ocultar mi ceño fruncido mientras me dirigía al baño para refrescarme antes del entrenamiento. Aún era muy temprano, ni siquiera eran las cinco y ya se había ido, tanto por querer hacer un cambio y estar más presente.
No pude evitar resoplar mientras me cambiaba a la ropa de entrenamiento. Estaba trenzando mi cabello en una cola de pescado cuando la puerta de la habitación se abrió y entró Kaden. Mi boca se abrió de asombro y la sorpresa se apoderó de mis facciones. Su cabello estaba húmedo y había una ligera transpiración en su piel como si viniera de correr. Me vio en el tocador y registró el asombro en mi rostro con una triste sonrisa.