Punto de Vista de Logan
Mi corazón estaba a punto de salirse de mi pecho.
Ella seguía viva. Empezó a respirar normalmente en el momento en que se desmayó.
Pero no estaba consciente y no despertaba sin importar cuán fuerte gritara y golpeara la estúpida ventana.
—Por favor, cariño, despierta —grité por lo que pareció la millonésima vez.
Escuché pasos apresurándose hacia nosotros.
—¡Papá! —gritó mi hijo tan pronto como entró.
Escuché a mi hija jadear y corrió hacia mí.
—¿Qué pasó? —gritó Sophia mientras ponía sus palmas en el vidrio—. ¿Está bien?
—La oscuridad se apoderó —murmuró Anna, haciéndome girar para mirarla—. No será Emma cuando despierte.
Sophia sollozó y Hunter la abrazó.
Alex se colocó a mi lado.
—¿Cuánto tiempo ha pasado desde que se desmayó? —preguntó Alex, su voz impregnada de miedo.
—Hace unas dos horas —respondió Andrés.
¿Dos horas? Se sintió como una maldita eternidad.