—Está bien, gracias, Alfa Dennis, nos pondremos en contacto contigo pronto —dijo Zack asintiendo a Freya cuando entró en su oficina. Ella le dio una pequeña sonrisa y colocó su almuerzo en el escritorio frente a él. Colgó y apartó su teléfono antes de mirar curioso la comida.
—Muslos italianos con salsa de ajo y tomillo —anunció Freya antes de que él pudiera preguntar qué era. Cortó uno de los muslos con su cuchillo y se llevó la carne a la boca. Masticó despacio y pareció sorprendido por los sabores.
—Maldición —murmuró—, esto está bueno.
—Gracias —sonrió ella.
—¿Ya has comido? —preguntó, pausando a mitad de mordisco.
—Ya comí, no te preocupes.
Asintió y continuó metiendo la comida en su boca.
—Entonces, ¿todos los alfas se pusieron de nuestro lado?