Punto de vista de Mary:
—Richard, ¿vas a comerte eso? —pregunté con la boca llena mientras señalaba su ensalada. Tragué mi comida mientras Richard me miraba extrañado. —Hombre, estoy tan hambrienta.
—La semana pasada apenas podías terminarte un sándwich, y ahora estás prácticamente lamiendo tu plato —declaró lo obvio Richard. Tomé su ensalada y me la engullí. No había manera de que él fuera a comerla. —Dijo que tenía suficientes verduras en casa.
—Me encogí de hombros. —Últimamente he estado comiendo mucho más de lo normal. Probablemente porque el señor Diablo pensó que era divertido dejarme pasar hambre todo el día, así que no he comido mucho en las últimas tres semanas. Por si aún te lo preguntas, el señor Diablo es el único e inigualable señor Anthony Marcos. Probablemente te preguntas por qué no he comido mucho en casa. Bueno, es porque la tía Elizabeth enfermó de gripe y tuve que comer cenas congeladas de TV.
—Hablando del mismísimo diablo, ¿dónde está?