Tan pronto como el Señor Brarthroroz terminó su llamada con Bartolomeo, preguntó a Greyson si había algún lugar cercano al que pudiera llegar sin ser visto.
—¿Para qué? —preguntó Greyson inclinando su cabeza.
—Pienso traer a algunas de mis propias fuerzas para ayudar a reforzar las defensas aquí —explicó el Señor Brarthroroz—. Supuse que a tus hombres preferirían no ver sus verdaderas formas y eso requeriría tener algún lugar un poco más... discreto.
—Ya veo —dijo Greyson estrechando pensativamente sus ojos—, bueno, a menos que pueda despejar un área de mí entonces va a ser difícil. ¿Cuánto espacio necesitas?
—Solo lo suficiente para un portal —se encogió de hombros mientras los ojos de Greyson se abrían ligeramente.
—Entendido. Bueno... —se detuvo nuevamente al extender esa palabra y se frotó pensativamente la barbilla—, ¿qué tal aquí? Podemos desalojar y esperar fuera si hay suficiente espacio aquí.