Ann y Adam estaban parados en las escalinatas del Enclave, esperando ansiosamente el regreso de ambos Beta's. Adam rió cuando Ann jugueteaba con sus manos y luchaba por quedarse quieta, su mirada fija en la curva del camino de entrada.
—Ya llegarán, no te preocupes —él trató de tranquilizarla, pasando su brazo alrededor de ella mientras ella mordisqueaba su labio inferior.
—¿Y si les pasó algo? —preocupada, ella se frotaba su pequeña barriga en un acto de autocalmarse.
Los ojos de Adam se empañaron levemente mientras se comunicaba con Allen y después sonrió hacia su ansiosa esposa.
—Allen dice que dejes de preocuparte, no es bueno para el bebé. Estarán aquí en segundos.
—Pero...
Como se había prometido, la parte frontal del transporte apareció por la esquina del camino de entrada y Ann soltó un suspiro de alivio.
—¿Ves, mi Reina? Nada de qué preocuparse —Adam soltó una carcajada mientras los veía detenerse frente a ellos.