Sangre?

—Estás haciendo un buen trabajo ahora mismo —el hombre omega le sonrió secamente y tomó asiento en el mostrador frente a él.

—Dame una estrella dorada. Esta es mi primera victoria hasta ahora.

—Idiota.

—Esto no ayuda a tu causa, ¿sabes?

—Espero que te atragantes con esa comida y mueras.

—Mi fantasma te perseguirá. No sabes lo persistente que puedo ser. Realmente hay mucho sobre mí que necesitas aprender, camarón —Diego tomó su cuchara y comenzó a comer, una expresión de satisfacción apareciendo en su rostro.

—¿Camarón? —el hombre se rió entre dientes, sacudiendo la cabeza incrédulo—. El cielo sabe lo cruel que habría sido si hubiera nacido alfa.

—Aunque quiero llamarte malvado —Diego lo miró con la boca todavía llena—, no lo haré porque ¿sabes qué? Ojalá hubieras nacido alfa. Seguramente no estarías sentado aquí conmigo y nunca habrías sido mi pareja en primer lugar.

—Tienes razón. Esto realmente es lo primero en lo que tú y yo estamos de acuerdo —el omega asintió.