Él Y Nadie Más

—¿Cómo sabrías eso? —preguntó Alex—. No es como si pudieras predecir cómo serás como padre.

—Bueno, puedo decirte que estás hecho para ser un padre.

—¿Y qué te hace pensar eso?

—Te importan los demás.

Alex se rió sarcásticamente.

—Qué gracioso.

—Lo digo en serio —Diego se mantuvo firme en sus palabras—. Mírate, nos odiamos y aún así te preocupas por mí.

—Solo porque me pagan. De lo contrario, podrías morirte por lo que a mí respecta.

—Sí, sí, sigue diciéndote eso, anciano.

Él soltó una carcajada, levantándose del taburete.

—Sabes muy bien que sí te importa.

Alex lo observó salir y frunció el ceño, claramente molesto por lo que acababa de decir. ¿Por qué iba a importarle un mocoso como él? Una vez finalizado el mes, tomaría su pago y desaparecería, aceptara o no los hechos. No tenía tiempo que perder con alguien así.

————————-

Valérico estaba sentado en la barra, observando a Stela quien lo había obligado a sentarse para poder cocinarle.

—Esposa, no tienes que