—Ah, supongo que me perdí el evento principal —el joven era Anthony Jones, el tercer hijo, viniendo justo después de Nix. Caminó con una sonrisa después de inclinarse ante el Alfa Adam y tomó asiento justo al lado de Nix—. Hola, hermano —pero Nix no le prestó atención—. ¿No me vas a responder, eh? —dijo, riéndose sarcásticamente—. Bueno, está bien. No soy Valeric, Jazmín o Diego después de todo. Realmente me pregunto cuándo dejarás de odiarme, es bastante molesto, ya sabes.
—Ya sabes, sería bueno que pudieras callarte —Diego reprendió, sin siquiera mirarlo.
Lo miró, con un ojo contrayéndose en pura molestia —¿A quién le hablas? ¡Maldito mocoso!
—No soy peor mocoso que tú —Diego soltó una risita divertida—. Al menos yo no actúo todo engreído como un perdedor. Te haría bien dejar de ser un niño problemático por una vez. No tengo fuerzas para lidiar con tus berrinches y parece que nadie las tiene.