—¿Estás hablando en serio? —Esme parpadeó estupefacta—. ¿Puedes buscar maneras de burlarte de mí cuando hayamos pasado esto? Definitivamente, ahora no es el momento para eso.
—¿Parezco estar bromeando? —Donovan cruzó los brazos, su expresión inflexible, a pesar de la seriedad en su voz—. Quieres que yo ayude a Lennox de entre todas las personas. ¿Qué te hace estar tan segura de que no lo mataré en su lugar? Si ese rey tuyo despierta y me ve, lo primero que hará será intentar matarme de nuevo, mientras que yo estoy intentando salvar su vida. Al menos dale alguna motivación a tu compañero.
—No hay tiempo para eso —respondió Esme, su voz temblorosa mientras luchaba por mantenerse firme, pero Donovan no se lo creía.
—Entonces más te vale apurarte —replicó él en cambio, dejando a Esme sin otra opción que ceder a regañadientes a sus absurdas demandas.