Distribución de Suministros

La nieve había comenzado ya a descender en suaves ráfagas errantes, y envolvía el paisaje en un delicado velo blanco a medida que la penumbra se profundizaba.

Su carruaje rodó hasta el corazón de la plaza del pueblo, que era una amplia extensión rodeada de modestas casas de piedra. Delgados zarcillos de humo se rizaban desde las chimeneas, señal de vida dentro de ellas a medida que el frío de la tarde se asentaba sobre el pueblo.

Esta plaza era el centro comunitario del pueblo y era un lugar destinado al encuentro; donde los aldeanos venían a recoger sus suministros necesarios y escuchar anuncios importantes de los ancianos del pueblo. Sin embargo, bajo la dirección de Tadeo, había caído en desuso, salvo por esos raros momentos cuando había que compartir noticias.